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MAÓ /  MAHÓN
 Platos tipicos de la gastronomia menorquina

 

Recetas Típicas

Caldereta de Langosta
Queso Mahón
Mahonesa
All i Oli
Cabell d'Àngel
Gin


Caldereta de Langosta

750 grs. de tomate maduro, una cebolla, dos dientes de ajo, un
trozo de pimiento verde, aceite, perejil, 2 kg. de langosta, la sal
necesaria y coñac.

Debidamente troceada la langosta y los demás ingredientes
sólidos, se pone todo en la cazuela con la sal y seis platos
soperos de agua, y a fuego vivo se hace hervir durante treinta o
cuarenta minutos, momento en que debe estar cocida. Una vez a
su punto se agrega una picada, previamente preparada, con la
huevada de la langosta, tres dientes de ajo, perejil, una yema de
huevo y un poco de agua, todo bien unificado, procurando se
mezcle bien con el contenido de la cazuela.- Otra fórmula para
mejorar su sabor, sería sofreir un poco la langosta con aceite y
luego con este mismo hacer el sofrito de los demás ingredientes,
y a partir de aquí adjuntar el agua y la langosta dejando que
hierva todo junto media hora, para a continuación mezclarle el
citado picado y una copa de coñac.
Se sirve primero el caldo caliente remojando las sopas de pan
previamente emplatadas, y para segundo se consume la langosta
acompañada de nuestra popular salsa mahonesa.
Es tolerado el uso directo de los dedos para apurar sus deliciosas
pulpas, principalmente  las de las patas.


Queso Mahón

La "Guía de los quesos de España", define al de Mahón, " queso de leche de vaca
ocasionalmente mezclada con muy pequeños porcentajes de oveja. De forma
paralelepípeda, cantos y aristas redondeadas, corteza compacta y coloración variable, entre blanco amarillento y amarillo pardo. Con pasta muy compacta de color blanco o amarillento, con aroma y sabor. Sus ojos se encuentran en el centro de la masa de aspecto mate e irregular..." La rigurosa definición poco aclara sobre la sutil finura del sabor de una pieza tierna o la profundidad aromática de un queso curado. La calidad de los quesos de Menorca es única. Su sabor es el que sólo pueden ofrecer plenamente los quesos artesanos, elaborados con el cuidado tradicional y que hoy defiende la denominación de origen. La tradición quesera de Menorca  es antigua. En el siglo V una carta pastoral del obispo Severo cita el "caseum" como alimento de los menorquines. Un viejo documento de 1360 relata como Menorca ofreció queso a los reyes Jaime I y Pedro II. Durante el siglo XV eran los mercaderes italianos quienes se encargaban de su exportación a otras tierras. Una excelente combinación de lluvias, humedad y pastos; esos pastos que confieren a Menorca el verdor que es el mejor y jugoso escenario para la plácida vida de sus vacas, son la base de la calidad de los quesos. Tradicionalmente la elaboración del queso, que puede ser tierno, curado o viejo -según el paso del tiempo-, la realizan las "madonas" -campesinas- siguiendo un rito o fórmula ancestral que exige que se inicie el proceso inmediatamente después del ordeño, lo que favorece la coagulación. En resumen: una delicia para el paladar más exigente, al tiempo que una importante fuente de ingresos para la economía insular.


Mahonesa

Dos dientes de ajo, dos yemas de huevo, aceite, sal y un poco de
vinagre o zumo de limón.

Se colocan en el recipiente los dientes de ajo picados, las yemas
y la sal, batiéndose con decisión y sin parar, mientras se le deja
caer un hilo de buen aceite hasta lograr su consistencia, momento
en que se le puede añadir una cucharada de vinagre o de zumo
de limón.
Es muy útil para acompañar aperitivos, ensaladas, la langosta y
otros pescados, así como carnes a la brasa, etc.
Con batidora admite las claras.


All i Oli

Seis dientes de ajo aceite y sal.

Triturados los dientes de ajo se depositan con la sal en el
recipiente de la batidora, batiéndose con la máquina al tiempo que
se va rociando poco a poco con un buen aceite hasta que se
espese, operación que debe hacerse con decisión para evitar
que se corte.
Puede mejorarse mezclándole una yema de huevo.
Vale para muchas comidas especialmente para los caracoles.


Cabell d'Àngel

Ingredientes para 4 tarros: una calabaza de un kilo trescientos
gramos (calabaza cabello de angel). 1 kilo de azúcar. Una piel de
limón rallada

Partir la calabaza en dos y meterla en una olla grande. Cubrirla de
agua fría y sentar la olla sobre fuego vivo. Dejar hervir hasta que
la pulpa (rascando con un tenedor de madera) salga convertida
en hilos gruesos. Dejar enfriar y escurrir. Rascar toda la pulpa
con un tenedor de madera hasta llegar a la corteza que debe
quedar monda, sin ni pizca de pulpa. Desechar las pipas.
Colocar los cabellos de ángel en una cazuela de barro con el
azúcar y la piel de limón rallada. Sentar la cazuela sobre fuego
vivo.
Remover con espátula de madera, muy a menudo. Se pega con
facilidad.Cuando rompa a hervir bajar el fuego y seguir la cocción
muy lentamente.
El primer día cocer una hora. Dejar reposar toda la noche. El
segundo día cocer media hora. Reposar toda 1a noche. Y el
tercer día cocer diez minutos.
Meter en tarros de cristal muy limpios y cuando el cabello de ángel
todavía está algo tíbio. Cubrir el cabello de ángel con un redondel
de papel blanco mojado en alcohol. Cerrar el tarro con un
sombrerito de papel, sujeto con una goma o con tapadera.
NOTA: Si el cabello de ángel ha de comerse en quince días será
suficiente la cocción, algo más larga, del primer día.


Gin

El "Gin" es, sin duda, la bebida más popular de Menorca. Saben los entendidos que a finales de la Edad Media comenzó a popularizarse el uso de alambiques para obtener lo que, místicos y alquimistas de la época, coincidieron en llamar "aqua vitae". Conocidos son también, desde Galeno,los efectos beneficiosos del enebro para los riñones, tanto es así que ya en la vieja farmacopea se utilizaban productos como la miel de enebro o el vino cocido con enebrinas. Del "aqua vitae" se pasó al "aqua juniperi", resultado de la destilación de alcoholes con bayas de enebro. El invento tuvo un éxito fulgurante bajo el reinado del rey Guillermo III de Inglaterra. Tan grandes fueron los abusos que el parlamento inglés promulgó en 1736 la "Gin Act", por lo que se prohibía la destilación
y consumo de ginebra, nombre que había recibido la bebida. Es más posible que los británicos, establecidos en Menorca desde 1708, hicieran caso omiso de la prohibición y siguieran destilando la ginebra, el "gin", para su consumo aprovechando la lejanía de la metrópoli. El caso es que, desde aquellas remotas fechas, el gin en la isla es una bebida tradicional y popular. El gin de Menorca, francamente diferenciado de otras ginebras posiblemente porque se elabora con alcohol de vino de uva y no de cereal, es aromatizado con bayas de enebro hermosas y brillantes, lo que proporciona ese inolvidable sabor fino y penetrante, limpio y suave. Los menorquines, posiblemente para ampliar el número de ocasiones para disfrutar de su ginebra, rebajan su grado
mezclándola con un poco de soda y añadiendo una corteza de limón: al resultado le llaman "pellofa" y es delicioso como aperitivo. En las fiestas populares se estila beber la ginebra con limonada, la famosa "pomada".